Por fin nos decidimos a hacer un viaje con la pequeña
Paola (5 meses), después de darle muchas vueltas al posible destino nos decantamos por
Lanzarote, con muchas cosas que ver pero también tranquilo por si Paola se cansaba demasiado. Todo un acierto, volvemos encantados de un lugar diferente donde el turismo no ha degradado en exceso el paisaje, gracias a
Cesar Manrique los edificios no superan las tres plantas en casi toda la isla y sus intervenciones en las formaciones volcánicas son espectaculares.
La primera visita que hicimos fue al
Parque Nacional de Timanfaya, la zona tal y como la vemos actualmente es el resultado de las erupciones volcánicas que tuvieron lugar en 1730 y 1736, sepultando nueve pueblos y modificando totalmente el paisaje de la isla. Lamentablemente la visita se reduce a una vuelta en autobús de una media hora, donde si bien se puede contemplar bastante bien los diferentes ambientes del parque, la explicación por medio de una grabación deja mucho que desear, así como la imposibilidad de hacer fotos de calidad ya que las tienes que hacer a través del cristal del autobús. Aun así merece la pena, aunque recomiendo hacer las rutas de senderismo que se pueden contratar en el centro de interpretación del parque o
a través de internet.
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Panorámica del inicio de la ruta por Timanfaya |
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Uno de los múltiples cráteres |
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Paola y Marcos junto con el diablo símbolo del parque |
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Paisaje lunar |
2 comentarios:
Me alegro mucho que lo pasarais tan bien en este paraiso.
Besos
Lanzarote es especial.
Fuistes a la Casa de Saramago?
Me gustaría mucho conocer esa isla.
Un beso
Flor
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