Por fin llegó el día de visitar Machu Picchu. Tenía la idea de subir al Huayna Picchu pero la noche antes en el hotel me comentaron que tan solo pueden subir 400 personas diarias y que había que estar sobre las 4 de la mañana en la estación de autobuses para ser de los primeros. Como para estas cosas soy un poco cabezón me levanté a las 3:30 y poco después ya estaba esperando en la cola. Al poco rato llegó Carlos, un chicho valenciano con el que coincidí el día anterior, disimuladamente se puso a esperar conmigo. Entre charlas, risas y polémicas con gente que se quería colar nos dieron las 5:30, hora a la que empezaban a salir los autobuses. Estabamos entre los 30 primeros y tomamos el segundo autobus muy contentos pero al llegar arriba nos encontramos con un montón de gente que había subido andando, así que empezamos a dudar de que pudieramos subir al Huayna Picchu. A las 6 abrieron las puertas y se disiparon todas las dudas, número 329, ufff, por poco, subiremos a las 11 y a las 8 tenemos la visita guiada, los planes van saliendo bien.
Nada más entrar la niebla lo cubre todo, nos situamos cerca de la casa del guardián donde nos dicen que están las mejores vistas, pero no se ve nada, apenas la puerta de entrada. Ese fue el momento más maravilloso de todo el día, poco a poco la niebla va abriendo y va apareciendo ante nosotros la enigmática ciudad de Machu Picchu. Sólo por este instante la visita ya merece la pena. Durante un rato me olvido de la cámara y me dedico a mirar a todos lados con la boca abierta.
Vista general de Machu Picchu
Llamas en la casa del guardián
Panorámica de Machu Picchu
Arbol que han dejado como testigo de los que inundaban el lugar
Llama con el Huayna Picchu al fondo
Ciudad y terrazas de cultivo
Después de estar casi cinco horas dando vueltas con los ojos como platos y con un cansancio considerable nos disponemos a subir el Huayna Picchu. Una hora de escaleras interminables, algunas de ellas tan empinadas que nos hacen andar a cuatro patas. Cuando llegamos arriba nos encontramos con un equipo de National Geographic rodando. Las vistas son impresionantes, casi tanto como la paliza que nos hemos dado, jeje.
Marcos en la cima del Huayna Picchu
Vistas desde el Huayna Picchu
Restos de construcciones