A medio camino entre las localidades de la Nava de Santiago y Aljucén, rodeado de encinas y alcornoques se encuentra el Dolmen de Lácara. Se trata de un sepulcro de corredor de unos 20 metros de longitud. Su finalidad era funeraria y se destinó a enterramientos colectivos durante el Calcolítico y la Edad del Bronce. Está compuesto de un largo corredor dividido en un vestibulo y dos antecámaras cuya anchura oscila entre los dos y tres metros, la cámara conserva ocho ortostatos o losas de granito, de los cuales sólo uno está entero (5 metros de altura). En su día toda esta estructura estaba tapada por un túmulo de piedra y tierra siendo solo accesible por la entrada.
En el interior de la cámara circular
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