A las seis de la mañana comienza uno de los trayectos más duros de nuestro viaje, desde Sally hasta Ziguinchor recorriendo unos 500 kilómetros en casi diez horas, intercalando carretera asfaltada con baches de dos metros y camino de tierra polvoriento. Para darle más emoción, hay numerosos controles de policía tanto en la parte senegalesa como de Gambia en la que te piden algo más que los pasaportes. La miseria en la zona fronteriza es mucho más patente que en otras zonas que hemos visitado. Llaman la atención los numerosos vendedores que ofrecen su mercancía a través de la ventanilla, telas, naranjas, cacahuetes, agua... de tó. A pesar de todo es una experiencia enriquecedora para hacerla una vez y nunca más.
Al final del viaje llega la recompensa, Ziguinchor, nada más alojarnos en el hotel comemos, nos damos un bañito en la piscina y nos vamos a hacer una excursión en piragua a ver el atardecer en la isla de los pájaros, ¡¡¡EXPECTACULAR!!!.
Al final del viaje llega la recompensa, Ziguinchor, nada más alojarnos en el hotel comemos, nos damos un bañito en la piscina y nos vamos a hacer una excursión en piragua a ver el atardecer en la isla de los pájaros, ¡¡¡EXPECTACULAR!!!.
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