Viaje a Islandia II. Þingvellir

Tras pasar el día recorriendo Reykjavik nos disponemos a adentrarnos en el verdadero viaje a Islandia, enfrentarnos a la naturaleza en estado puro, para ello contamos con una nueva compañera de viaje, nuestra Happy Camper que durante una semana nos servirá de trasporte y campo base. Sin duda cuando tu prioridad pasa por aprovechar al máximo el tiempo y poder estar en los mejores lugares a las horas más fotogénicas la mejor aliada es una autocaravana o furgoneta de este tipo. Además echando cuentas de trasporte y alojamiento puede resultar bastante económica.

Antes de abandonar la capital es importante pasar por un supermercado y comprar todo lo necesario para el viaje ya que, como veremos más adelante, en las aldeas por las que pasaremos si tienes suerte encontrarás una tiendecilla donde es más complicado encontrar lo que quieres y además bastante más caro, así que si tenéis pensado viajar a la isla apuntad estos nombres de supermercados, Bonus y Kronan. 

Con el grupo al completo y cargados hasta las trancas no echamos a la carretera camino del Círculo de Oro. El día sigue gris pero en algunos momentos un tímido sol ilumina el paisaje y nuestras caras van atisbando un ligero alivio, en los primeros kilómetros apenas hablamos como si las palabras pudieran romper la magia del momento o nos hicieran perder algún detalle del paisaje.

Y casi sin darnos cuenta llegamos al primer alto en el camino, Þingvellir o Thingvellir, declarado Parque Nacional en 1928 y Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO en 2004. Reconozco que cuando hicimos el plan de viaje no le dimos mucha importancia y además el centro de interpretación estaba cerrado, así que cuando empezamos a recorrer el camino tras el edificio nuestra sorpresa fue monumental.

Delante de nosotros la tierra se abría en la gran falla Almannagjá recordándonos la teoría de placas tectónicas y la deriva continental. Esta falla de casi 8 km de longitud y 64 m en su parte más ancha es la mejor manera de observar cómo las placas Euroasiatica y Americana se separan unos 7mm de media anual. Alrededor de esta se encuentran fracturas menores cubiertas de agua cristalina de entre las cuales sobresale la denominada Peningagjá (Cañon de los Peniques).

Todo este sistema geológico se sumerge hasta situarse por debajo del nivel del mar bajo las aguas del lago Thingvallavatn, el mayor de Islandia, con una superficie de 84 km2.

Pero el interés de esta zona no termina en lo geológico si no que tiene gran importancia en la historia del país ya que fue el lugar elegido por los diferentes clanes asentados en la isla para celebrar una asamblea "nacional", Alþingi, allá por el año 930. Esta reunión se repitió anualmente hasta el año 1262 en el que aceptaron someterse a la corona noruega. Durante dos semanas se dictaban las leyes y se dirimían los casos que trascendían de los tratados en las asambleas locales. Alþingi es por tanto considerado como el primer parlamento con dos cámaras (Lögberg, legislativa y Lögrétta, judicial) de la historia. Al tratarse de una reunión temporal, celebrada fundamentalmente al aire libre o en tiendas, pocos restos quedan presentes pero nos llama la atención la llamada Lögberg (piedra de la ley) desde donde se recitaban las leyes para todos los comparecientes, o la Drekkingarhylur (piscina de ahogamientos) donde se aplicaba justicia a las mujeres culpables de adulterio.

Ya en 1944 este lugar fue elegido por su simbología histórica para la proclamación de la independencia de la República de Islandia y el primer ministro fijó su residencia de verano en las casas de campo situadas junto a la iglesia de Þingvallakirkja.

El mismo viaje desde otro punto de vista en Ciudad Dormida.