viernes, 29 de noviembre de 2013

Festival de las Grullas 2013

Todavía con el buen sabor que nos dejó el IV Encuentro de Blogueros de Extremadura donde disfrutamos de los sonidos de la dehesa, nos preparamos para el Festival de las Grullas. El próximo día 30 de noviembre nos esperan un montón de actividades, este año incorporan al programa una ruta senderista guiada apta para toda la familia y un ruta en bicicleta por la vía verde, así como los ya clásicos talleres y espectáculos.


A las 12 en el centro de interpretación tendrán lugar unas charlas entre las que se encuentra la presentación del calendario "La grulla en Extremadura" fruto de la colaboración entre los blogueros y la Dirección General de Turismo y en el que hemos tenido la oportunidad de participar.



Si todavía tienes dudas mira como lo vivimos nosotros el pasado año.

No te lo pierdas! Allí nos vemos!


viernes, 15 de noviembre de 2013

IV Encuentro de Blogueros de Extremadura




Por cuarto año consecutivo volvemos a reunirnos en Trujillo, en esta ocasión el protagonista será la Dehesa y con una perspectiva muy curiosa, sus sonidos. Un encuentro que tendrá como colofón la charla del que probablemente sea el mayor experto de este tema, Carlos de Hita y en el que podremos disfrutar también de los trabajos colectivos realizados durante 2012 y 2013, las fotografías de los habitantes de la dehesa de Domingo Rivera y de la Naturaleza como Música de la mano del presidente de ADENEX José María González Mazón.

Un buen cartel y una escusa más para volver a coincidir con buenos amigos.

Nos vemos en Trujillo!!


La inscripción es gratuita y para asistir solo es necesario que envíes un correo a la siguiente dirección: extremadurablogs@gmail.com

Información sobre el IV Encuentro de Blogueros:

Información sobre el Festival de las Grullas: 

La imagen del cartel del IV Encuentro es obra del fotógrafo y bloguero extremeño Joaquín Fiegueredo

miércoles, 23 de octubre de 2013

Viaje a Islandia VIII. Comenzamos la vuelta, de Höfn a Selfoss.

Tras la visita a Jökulsárlon dudábamos si continuar el viaje hacia el este o emprender el regreso a Reikjavik, finalmente decidimos llegar hasta la ciudad de Höfn, en parte porque no queríamos sentir que el viaje se acababa y en parte por visitar las piscinas geotermales del cercano Hoffell. Y os puedo asegurar que mereció la pena, pasamos un par de horas saltando de piscina en piscina, a cual más caliente llegando hasta los 40º, un placer que se multiplica teniendo a la vista el imponente glaciar Hoffellsjökull y las montañas que lo rodean. Estas piscinas de agua caliente se encuentran totalmente al aire libre y el acceso es sencillo, tras pedir permiso en la Guesthouse del pueblo basta con dejar el equivalente a 3€ en el buzón que se encuentra en la entrada del recinto.

Fotografía de Victor Pizarro
De camino a Höfn tuvimos un encuentro de lo más sorprendente, un reducido grupo de renos caminaban tranquilamente paralelos a la carretera, al principio nos miraban confiados pero no nos dejaron acercarnos demasiado.

Tras el encuentro con los esquivos renos estos tranquilos caballos posaron para nosotros.
Höfn es uno de los puertos más importantes del sur de Islandia y la ciudad más poblada (1600 hab.) que visitamos desde que salimos de Reikjavik, sin embargo, no se si por la relajación tras los baños termales o por el cansancio acumulado, no consiguió llamar nuestra atención y nos limitamos a comer tranquilamente con vistas a la bahía y emprender el camino de vuelta.
Con la idea de hacer la vuelta más amena nos habíamos dejado algunos lugares por visitar y el primero de ellos era la laguna Fjallsárlón, situada a los pies del glaciar Svinafellsjökull nos vuelve a mostrar la dureza extrema de Islandia.
Siguiendo nuestro camino hacia el oeste nos topamos con la pequeña aldea de Núpsstaður, esta granja aparentemente abandonada cuenta con una de las pocas iglesias con el techo de turba que se mantienen en el país, junto a ella se conservan algunas dependencias que nos dan la idea de como vivían allá por el siglo XVII.
Y como no podía ser de otra manera, en este casi repaso de los iconos islandeses, llegamos a la impresionante cascada de Skógafoss. Una caída de agua de 60m sobre lo que no hace mucho eran acantilados sobre el mar y que no escapa a las leyendas, según cuentan el primer vikingo que llegó hasta aquí escondió un tesoro en una caverna tras la cascada, supongo que tendrá relación con la que cuenta que hay un tesoro al final del arcoiris ya que es fácil verlo cuando el sol brilla debido al agua pulverizada.
Para terminar el día y antes de buscar sitio para dormir en Selfoss nos acercamos al cráter Kerið donde curiosamente la cantante Björk dío un concierto hace algún tiempo (y parece que no ha sido la única).

jueves, 19 de septiembre de 2013

Viaje a Islandia VII. Y al fin Jökulsárlón

Allí estaba, con sus 18 kilómetros cuadrados repletos de icebergs de todos los tamaños desprendidos de la lengua del glaciar Breiðamerkurjökull. Habíamos llegado al que sin duda es uno de los mayores atractivos de Islandia y que una vez más supera nuestras expectativas. El fuerte viento helado apenas nos permite sujetar la cámara pero sin embargo no podemos parar de ir de un sitio a otro intentando plasmar lo que vemos.



Ajenos a este espectáculo los charranes árticos nos sobrevolaban a velocidad vertiginosa que contrastaba con la tranquilidad de los eider y las curiosas focas que asomaban la cabeza de vez en cuando.



Sin darnos cuenta el día se acaba y nos retiramos a la furgoneta a cenar y pasar la noche, es entonces cuando somos conscientes del frío que hace, aún así no puedo evitar volver para hacer la última foto.


La laguna glaciar está separada del mar por un pequeño río de alrededor de un kilómetro y mientras que la marea está alta los bloques de hielo permanecen en ella, sin embargo al llegar la bajamar la corriente los arrastra terminando algunos de ellos varados en la playa convirtiéndose en otro de los atractivos de este lugar. 




miércoles, 31 de julio de 2013

Viaje a Islandia VI. Parque Nacional de Skaftafell

Hay un refrán islandés que dice "Si no te gusta el tiempo que hace, espera cinco minutos", y os puedo asegurar que es así, en lo que a paisajes se refiere la frase podría quedar como "si no te gusta el paisaje sigue unos kilómetros por la N1" y hoy es el día en que más claro lo hemos tenido. Partimos de Vik con tiempo primaveral y nada más salir hacemos las primeras paradas, que si unas ovejas por aquí, que si una cascada por allá, aún ajenos a lo que se nos venía encima.

De repente apareció ante nosotros una gran explanada, el cielo se cubrió y el viento soplaba fuerte arrastrando gran cantidad de arena, habíamos llegado a Myrdalssandur, la enorme llanura de grava y arena volcánica proveniente de las erupciones del Katla situado bajo el enorme glaciar Mýrdalsjökull. El hecho de que las erupciones de este volcán se hayan producido 1 o 2 veces por siglo y que la última fuera en 1918 hace que sea el más monitorizado de Islandia y mantiene en alerta a toda la población de la zona.
Durante los siguientes 30 km permanecemos callados, escuchando como la arena golpeaba el coche y nos llama la atención como tan solo los potentes págalos son capaces de volar en estas circunstancias.

A continuación pasamos por otra gran llanura, Meðallandssandur, incluida también en el Katla Geopark. Por último nos aproximamos al Parque Nacional de Skaftafell a través del Skeiðararsandur, el mayor de los tres, con una superficie de 1300 km2 y donde se pueden observar los devastadores efectos sobre el antiguo puente de la N1 ocurridos en la última Jökulhlaup (1996), término islandés para referirse a las riadas originadas al derretirse de forma rápida los hielos de un glaciar por una erupción volcánica. Al otro lado las nubes intentaban amedrentar al glaciar Skeiðarárjökull, una de las múltiples lenguas del gigantesco Vatnajökull.


Llegábamos por fin a nuestro destino, lo que habíamos deseado desde que partimos de Reykjavik, teníamos los glaciares al alcance de la mano, pero antes habría que descansar un poco.

Tras pasar la noche junto al centro de visitantes del parque nos informamos de las diferentes actividades que se pueden hacer. Hay multitud de trekings de todos los niveles que parten desde el punto de información y finalmente decidimos comenzar con un paseo hasta la cascada de Svartifoss (Cascada Negra). Este salto de 20 metros toma su nombre del color de las columnas hexagonales de basalto que la rodean, formadas por un proceso de cristalización dentro de un flujo de lava enfriado de manera muy lenta y que sirvieron de inspiración al arquitecto de la iglesia Hallgrímskirkja en Reykjavik.

A continuación nos dirigimos al frente del glaciar Skaftafellsjökull, el camino está bien acondicionado, incluso es accesible en silla de ruedas, al menos hasta llegar a la laguna glaciar. A pesar de que toda la información lo desaconsejaba decidimos atravesar un pequeño riachuelo (donde literalmente metí la pata) y llegar hasta el frente del glaciar.

La sensación que tuve en este lugar es extraña, al principio euforia de haber llegado hasta allí y sentir la fuerza del glaciar bajo mis pies, el paisaje era espectacular y no paraba de hacer fotos, pero poco a poco el miedo se iba abriendo camino y la sensación de que un leve movimiento del glaciar podría hacer que todo se viniera abajo terminó por apoderarse de mi cabeza y salí de allí lo más rápido que pude.

Dejamos para el final la ruta más dura, la subida al mirador Sjornarnipa, poco más de hora y media con algunas rampas duras pero que se hace muy ameno por las impresionantes vistas sobre el glaciar Skaftafellsjökull.





jueves, 25 de julio de 2013

Viaje a Islandia V. Hoy toca playa, Vik

Hace mucho tiempo Skessudrangar, Landdrangar y Langhamrar se encontraban arrastrando un barco cerca de la costa de Vik, estos trolls se encontraban tan absortos en su tarea que no se dieron cuenta que el amanecer se acercaba y así, con el contacto de los primeros rayos de sol, fueron convertidos en tres imponentes moles de piedra.

Con esta espectacular vista de los Reynisdrangar nos levantamos después de haber pasado la noche en el promontorio donde está ubicada la iglesia de Vik. Esta pequeña localidad de no más de 300 habitantes es la puerta de entrada a uno de los mayores contrastes de Islandia, al menos uno de los que más nos ha sorprendido, y es que cuando uno piensa en Islandia la mente siempre se te va a inmensos glaciares o peligrosos volcanes, pero hay más, mucho más. ¡Vamos a descubrirlo!.

A escasos kilómetros al oeste de Vik se encuentra Dyrhólaey, un promontorio de 120 m de altura que se adentra en el mar, que hace honor a su nombre (literalmente puerta-agujero) y es capaz de cumplir las expectativas del ornitólogo más exigente. Frailecillos, Fulmar boreales, alcas, skuas y otras especies se cruzan en vuelo activadas por una primavera que acaba de empezar.

En lo alto del acantilado un faro domina las vistas que hacia el este la conforman una extensa playa de arena negra que llega hasta las inmediaciones de la península de Reykianes (unos 90km) y el temido glaciar Eyjafjallajökull.

Al oeste se encuentra Reynisfjara, la playa que separa Dyrhólaey del cabo de Garðar, con el imponente Arnardrangur (roca del águila) en primer término.

Por último nos trasladamos al cabo de Garðar donde se encuentra Hálsanefshellir, una cueva de paredes formadas por columnas de basalto muy parecidas a las que luego veremos en Svartifoss y desde la que echamos un último vistazo al maravilloso Dyrhólaey.



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