La segunda parada en nuestro viaje de semana santa fue en Óbidos, esta aldea amurallada mantiene, a pesar del turismo discrecional, el encanto de los pueblos portugueses, hay cantidad de rincones con encanto y detalles muy cuidados. Además de pasear por sus callejuelas merece la pena dar la vuelta completa sobre los lienzos de la muralla, las vistas tanto hacia el interior como los alrededores son increíbles. La calle principal está repleta de tiendas de souvenires, que ofrecen como productos estrella la ginja (licor de guindas) y el chocolate, de este último se hace un festival internacional que habrá que apuntar en la agenda para próximas visitas.
Estos pueblecitos son encantadores, tan limpios y tan decorados, me gustan.
ResponderEliminarsaludos
Bueno, bueno, bueno, cuánto detalle y colorido. Me gusta especialmente el picado de las sillas y su "orla" de hojas verdes.
ResponderEliminarUn abrazo
Bonito pueblo, cuanto color.
ResponderEliminarHabrá que apuntarlo.
Un abrazo
Unas fotografías excelentes y un recorrido hermoso por las calles y lugares de este lugar.
ResponderEliminarPerfecta esa saturación, como ganan los blanco y azules!!!!
Saludos
Toni, tienes razón, para nosotros es un lujo tener estos pueblos portugueses tan cerca, hay muchos de este tipo y aprovechamos cualquier escusa para escaparnos a visitarlos.
ResponderEliminarVictor, voy a tener que hablar seriamente contigo, siempre que te gusta una foto del blog es de Lucía, jajaja.
María, si vas a esta zona no dudes en visitarlo, no te arrepentirás.
Angel, el azul y blanco es una característica común de todos estos pueblos y la verdad es que quedan genial en las fotos.
Gracias a todos por vuestros comentarios.
Un abrazo.
Marcos
Con la mirada en el vuelo …
ResponderEliminarUn precioso y cuidado pueblo que recuerdo lleno de intensas bouganvillas.
Preciosas fotografías.
...saludos.
CR & LMA.
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Really beautiful place for vacation ...
ResponderEliminarCongratulations :)